Seguro que si lo pensáis un momento, recordaréis por propia experiencia que la diferencia entre pasar una tarde de mal humor y una tarde más pacífica está, muchas veces, en haber dormido una siesta o no. Y es que el sueño de los bebés es tan importante como su alimentación. La siesta no solo les ayuda a “recargar las pilas” a mitad del día, también les facilita el aprendizaje. Porque al estar más descansados, los pequeños asimilan mejor los descubrimientos de la tarde. Lo mismo ocurre con los hábitos alimenticios: si a la hora de la comida o de la cena el niño está cansado, lo más probable es que coma peor o incluso se quedé dormido durante la ingesta. La siesta les ayuda, además, a llegar más relajados a la hora de meterse en la cuna por la noche, lo que sin duda hará que disminuyan las clásicas peleas con un niño enfurruñado que tiene tanto sueño que no se puede dormir.
Una de las maneras de preparar a tu bebé para la siesta es crear una rutina, como haces de noche al acostarlo. Esta será para tu niño la señal de que se acerca la hora de descansar, y le ayudará a bajar el ritmo y prepararse para dormir. ¿Hasta cuándo recomiendan mantener esta rutina? Al menos, durante los primeros 5 años de vida (aunque a partir de los 2 o 3 años, muchos niños empiezan a dejar de dormir la siesta).
En La casa de mamá sabemos que cada bebé es un mundo. Reaccionan de diferentes formas a sus necesidades de sueño aunque normalmente, suelen obedecer a algunos horarios de siesta. Por ejemplo, el bebé que suele echar tres siestas durante el día, por lo general, duermen a media mañana, después de la comida, y después de los juegos de la tarde. En el caso de los bebés que echan dos siestas, normalmente son a media mañana y luego después de la comida. Y en el caso de una sola siesta, el horario preferido es por la tarde. Todo dependerá principalmente de la edad que tenga el bebé y del ambiente donde esté. Desde aquí intentaremos mantener las rutinas que tengas instauradas, por lo que te pedimos nos informes de las rutinas de sueño de tu bebé, así como nosotros te informamos diariamente a través de la agenda de las siestas que tu bebé haya podido echarse mientras ha estado con nosotros.
A pesar de todos los beneficios de la siesta en los bebés, cada cual tiene sus propias necesidades de sueño y no podemos convertir la hora de siesta en una pelea cuando el niño no quiere dormir. Si a pesar de todos nuestros intentos no quiere hacerlo, sustituiremos la siesta por un ratito de descanso. Así sabrá que después de la comida llega un momento de relax en la camita o en la cuna para que pase unos minutos quieto y tranquilo. No pasa nada si le acompaña un juguete, pero sin demasiados estímulos o no conseguirá relajarse. De esta forma, muchos bebés caen rendidos y terminan por dormirse solos.