
ESCUELA
DE IDIOMAS


En sus primeros años de vida, el cerebro de tu hijo es como una esponja. Por eso los expertos en lenguaje animan a que los niños se lancen cuanto antes a aprender otros idiomas.
El bilingüismo no sólo mejora la atención, sino que sirve de entrenamiento mental y ayuda a ejercitar la memoria de los pequeños.
Durante los cuatro primeros años de vida es cuando se generan más conexiones neuronales.


Todos los expertos coinciden en que enseñar sólo vocabulario es un gran error. “El niño ha de dominar las estructuras de la lengua. Si aprende a decir "Can I go?" (¿puedo ir?), con el tiempo podrá añadir cualquier lugar o acción a la frase: al baño, a jugar, a leer, a mi dormitorio…, ya que estas estructuras son prácticamente ilimitadas.
Lo que hacemos en nuestras clases es familiarizar a los niños con las estructuras habituales de una conversación ordinaria, como por ejemplo, los saludos; luego les vamos añadiendo otros formatos que se refuerzan visualmente, utilizando la constancia y la repetición.


El proceso a la hora de empezar a dominar un segundo idioma ha de ser el mismo que se produce en el aprendizaje de la lengua materna. Esto es, siguiendo cuatro fases:
- Escuchar
- Comprender
- Hablar
- Finalmente cuando el niño tenga la capacidad adecuada, leer y escribir.